¿Te has detenido un momento a escuchar tu cuerpo?
Este vehículo maravilloso además de permitirnos estar aquí en este plano en movimiento y manifestación material de la energía, tiene mucho que decirnos.
Cada vez que nuestro cuerpo se siente enfermo, agotado, sufre algún accidente o se ve afectado de cualquiera manera, nos está dando señales de que hay algo que energéticamente no hemos gestionado, algo que no hemos atendido. Energéticamente quiere decir en nuestro cuerpo mental o emocional.
nuestros pensamientos y emociones son los que materializan nuestra realidad y en esta realidad se incluye el bienestar de nuestro cuerpo, por supuesto nuestros hábitos de vida son importantes: alimentación, actividad física, descanso y cada acción diaria en general; pero también, nuestros hábitos se definen en mayor medida justamente por nuestros esquemas mentales y nuestra forma de lidiar con las emociones, así, todo está conectado.
Darnos cuenta de que lo que pensamos no está aislado de lo que sentimos y cómo actuamos nos da un poder maravilloso, el poder de ser conscientes de lo que estamos creando y elegir hacerlo diferente.
El cuerpo no se ataca, el cuerpo responde, y por lo general cuando algo se manifiesta a través de él o de situaciones en la realidad material, es porque lleva tiempo tratando de llamar nuestra atención de otras formas más sutiles, lo ideal es conocernos y amarnos lo suficiente para escuchar el susurro más suave y hacernos cargo con dedicación, en el momento oportuno y de la manera que sea necesario hacerlo, ya sea por nosotros mismos o con ayuda de tantas personas maravillosas que disponen su vida a guiarnos, para cada necesidad y gusto hay una herramienta.
Escucha a tu cuerpo y da valor a cada una de sus expresiones, su sabiduría es infinita y su manera de comunicar es lo suficientemente directa para que con un poco de atención solo tengas que tomar la decisión de transformar tu vida.
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